martes, 13 de abril de 2010

Hablemos de la palabra empeñada

Luis Fortuño le dice ahora al país y cito: “la palabra se la lleva el viento, pero los compromisos no”. Esta argumentación del gran filósofo de la ética y la moral que es hoy día gobernador de esta Isla, parece sacado de una novela de ficción de Corín Tellado, quien se quedó corto ante gran afirmación de honestidad intelectual. Pero no es para menos, esas palabras se las dice este nuevo filósofo nada menos que a los de su propio partido, quienes aparentemente se oponen a la reforma legislativa (que nadie ha visto) y que promueve el morador de la Fortaleza.

Ahora bien, tenemos que recordarle a este nuevo virtuoso de la Filosofía ética, que sus palabras se las llevó el viento; y que más que llevárselas el viento, engañó a todo un electorado cuando prometió en la pasada campaña electoral que no iba a despedir a ningún empleado público, que sólo quería despedir a Aníbal Acevedo Vilá. Sin embargo, el nuevo filósofo de la política puertorriqueña (o tal vez estadounidense) tenga razón, ya que después que prometió no despedir a nadie su promesa se la ha llevado el viento.

Parece que los vientos que soplan en lo alto de la Fortaleza, lo hizo cambiar de opinión y se llevó enredado a cerca de 20 mil empleados públicos, que en su mayoría, votaron con él para que llegara a Gobernador. Pero la palabra se la lleva el viento. Nos prometió bajar la luz y el agua, pero también esta promesa y palabra se la llevó el viento. Nos prometió una reforma contributiva y que era mejor un dólar en el bolsillo del contribuyente que en el Gobierno, pero el viento se llevó esa palabra empeñada. Que no iba a meter la mano al bolsillo del contribuyente, y ahora en marzo tuvimos que pagar millones de dólares por una contribución a nuestras propiedades y tenemos encima alrededor de siete nuevas cargas impositivas.

El Filósofo de la Fortaleza no se echa la culpa de que la gasolina te cueste más caro; pero antes cuando el Partido Popular estaba en el poder, los populares tenían la culpa de que el precio de la gasolina estuviera por las nubes. Así cualquiera gobierna.

Señor Fortuño, para gobernar a un pueblo hay que ser responsable, no se puede ir con mentiras, y este gobierno del Partido Nuevo Progresista se ha caracterizado por la irresponsabilidad en el momento de gobernar. Si usted le prometió al pueblo bajar la luz, el agua y no despedir empleados públicos, y a no meterle la mano al bolsillo del contribuyente, usted debe cumplir. Sin embargo, al casi llegar ya a la mitad de su mandato, usted ha hecho todo lo contrario a lo que fue su compromiso, que al parecer se lo llevó el viento.

La ética, señor Gobernador comienza por usted. Vuelvo y repito, usted le dijo al país que no iba a despedir a nadie, y ha terminado despidiendo a más de 20 mil padres de familia de sus empleos, los dejó desamparado en la calle. Pero como usted dijo que las “palabras se las lleva el viento”, usted es un mal ejemplo para el país. Ya sabemos que su fin era engañar al pueblo, usted engaño con su sonrisa monga y mofolonga a un pueblo; y le advertimos, que cuando a un pueblo se le engaña, ese pueblo toma el poder que le ofrece un lápiz y pasa la factura.

En el 2012 tomamos prestado la frase del señor que dirigió Acueductos en el pasado cuatrienio y en el presente, que dijo con una sonrisa a flor de labios el día después de las elecciones y cito: “al fin se alinearon los planetas”. Los planetas se alinearán de verdad en el 2012, siga su camino de la filosofía, practíquela y aprenda un poco de valores éticos y morales, señor gobernador del Partido Nuevo Progresista.

Aprenda a gobernar con honestidad y seriedad, los compromisos se honran, no se los lleva el viento, los compromisos se cumplen, señor Gobernador.

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