viernes, 26 de marzo de 2010

Una desreforma electoral

La administración de Luis Fortuño es un gobierno que parece estar a la deriva. Ya nadie le hace caso a Luis Fortuño, y parece más bien una marioneta del que es el gobernador de facto Marcos Rodríguez Pujada. El pasado lunes, la Cámara de Representantes aprobó su versión de Reforma Electoral, haciendo caso omiso a las conversaciones que Fortuño llevaba con los líderes de los partidos políticos para reformar el sistema electoral en Puerto Rico. La Cámara aprobó dicha legislación, siendo una de las medidas legislativas que atenta contra los más elementales principios democráticos que el pueblo de Puerto Rico históricamente ha luchado.

Las conquistas del pueblo en materia electoral se refiere, que se han logrado a través de la historia, ha sido producto de reivindicaciones consagrado en nuestra constitución y ratificado una y otra vez por los tribunales tanto de Puerto Rico como de los Estados Unidos. Lo que pretende la Cámara de Representantes con su proyecto aprobado, es el coartar los derechos electorales de los ciudadanos en cuanto a la elección de sus funcionarios tanto en el poder ejecutivo, como el legislativo, así como los municipios. La propuesta de la Cámara, que aparentemente la mayoría en el Senado avalarán, hace más cuesta arriba el que grupos de ciudadanos puedan formar partidos a nivel nacional como local. Flexibiliza las recaudaciones de fondos de los partidos y candidatos, con el sólo propósito de perpetuar en el poder a un gobierno que evidentemente es uno fascista y que desde su faz, ha atentado contra los intereses del pueblo. Esta reforma que pretende el proyecto de la Cámara, restringiría hasta el voto emitido en una papeleta. No se puede encasillar a los electores en una vertiente para favorecer a un determinado partido. Esta legislación le quita derechos al pueblo, y eso hay que combatirlo. Si la legislatura pretende realizar una reforma electoral, siendo este tema uno técnico, debieron esperar a que los expertos electorales del país sugiriesen las enmiendas necesarias a la Ley Electoral. Recuerden señores del PNP, la reforma electoral debe atemperarse a los pronunciados emitido históricamente por los tribunales, y la experiencia en eventos electorales anteriores. La Ley Electoral actual es producto del consenso, no sólo de los partidos que en 1982 promovieron esta Ley, sino también gracias a los estudiosos del tema (entre ellos profesores de las escuelas de derechos y los expertos en materia electoral) quienes hicieron aportaciones valiosas para lograr que en aquel año de 1982 se aprobara una ley que garantizaba los derechos electorales a los ciudadanos y, a la vez, exigía la pureza del voto; que cada voto emitido por el pueblo fuese un adjudicado correctamente expresando la voluntad individual. El Senado lo menos que debe hacer es esperar a que los expertos electorales sugieran aquellas enmiendas necesarias, a tenor con las experiencias pasadas y, tomando en cuenta las decisiones que en materia electoral han emitido los tribunales.

Pero para tapar un poco los problemas fundamentales del país, ahora Fortuño saca pecho y propone una reducción en el número de escaños en la Asamblea Legislativa. Esta propuesta del PNP es peligrosa, y en última instancia no resuelve el problema actual de la Asamblea Legislativa. Hay que recordar a Fortuño que el país se expresó en el año 2005 por la eliminación de la dos cámaras y sustituyéndola por una sola cámara; en esa propuesta entonces si habría una reducción significativa de escaños legislativos. La delegación popular en la legislatura y, atendiendo a los resultados de la consulta de verano de 2005, ha presentado la legislación correspondiente. La mayoría tiene los votos para aprobarlas, está en la cancha de ustedes. La propuesta que ahora presenta Fortuño, es una medida, que de aprobarse por el pueblo, perpetuaría a un solo partido político en la Asamblea Legislativa, y eso de por sí, es peligroso para nuestro sistema democrático. Le recordamos a Fortuño, que el enmendar la Constitución para este asunto, es uno caprichoso, y fuera de toda expectativa del pueblo. Eso aparece en su programa de gobierno, pero recuerde que los resultados electorales del 2008, fueron unos resultados atípicos e intervenidos por elementos extranjeros y eso lo saben los miembros del PNP. Así que la verdadera enmienda a la Constitución que usted señor gobernador debe someter a la legislatura, es el sistema unicameral que ya el pueblo ratificó con más del 80% de la votación.

Podemos decir que ante el fracaso marcado del gobierno de Fortuño, éste se está quedando solo en su palacio, y la única forma de volver a salir a la palestra pública es imponiendo medidas que a la larga el pueblo se las cobrará en las urnas, bien sea en un referéndum o en las elecciones, así que Gobernador, el pueblo lo espera.

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