sábado, 15 de mayo de 2010

La Universidad y los Estudiantes

Hace 23 días los estudiantes del recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico se lanzaron a la calle en unos reclamos que son legítimos, y que tanto la Junta de Síndicos como la administración universitaria no pueden dejar pasar por alto. A Río Piedras le siguió el resto de los 10 recintos de la Universidad de Puerto Rico. La controversia que está sobre la mesa en estos momentos está relacionado al asunto que tiene que ver con la exenciones de matrícula, que la Junta de Síndicos pretende eliminar afectando a miles de estudiantes que se benefician de esta concesión, que la Universidad del pueblo de Puerto Rico ofrece a estudiantes talentosos que provienen de los más remotos sectores rurales y zonas urbanas, en su mayoría pobres de nuestra Isla. Estos estudiantes no hubiesen podido estudiar si la Universidad del pueblo no ofrecía los incentivos y estímulos necesarios para que se preparan profesionalmente. Estudiantes talentosos en música, teatro, coro, atlétas y de promedios de honor, son recipientes de este privilegio que le otorga el pueblo de Puerto Rico a través de su Universidad.

Conozco de muchos casos que es el primer miembro de su familia que tiene el privilegio de estudiar en una universidad. Créanme lo que les digo; muchos son de segunda y tercera generación que pisan por primera vez un aula universitaria. Y que mejor que la Universidad de Puerto Rico.

En esta controversia la Junta de Síndicos es la única responsable. Dicho cuerpo rector se ha comportado como un grupo clasista, que no conoce las necesidades de los universitarios. Pero, de que vale, no son univeristarios. Algunos de estos señores, señoras y señoritas salieron hace más de 40 años de la universidad, y se nota que su estadía como estudiantes que fueron universitarios no les pasó por ello, sino que la universidad les pasó a ellos.

Esta controversia es sencilla. Señores, señoras y señoritas síndicos del interés público. Deben derogar cuanto antes la Certificación 98, y dar paso a un proceso de verdadera reflexión universitaria, contando con todos los sectores unuversitarios, para la toma de una decisión sabia y efectiva. Fíjate bien, en muchas ocasiones, y de esto lo sabe la Junta, han tomado determinaciones que afectan la actividad universitaria, y más aún, que afecta fiscalmente las arcas de la Universidad. Decisiones mal tomadas, ahora y en el pasado, han desangrado peligrosamente a la Universidad. Pero ahora la Junta se va por la ruta más fácil sin tomar en cuanta las necesidades universitarias. La vía más fácil a la que me refiero es la parte académica y de servicios estudiantil. Así cualquiera gobierna una institución universitaria.

Los señores, señoras y señoritas de la Junta de Síndicos no conocen la idiosincracia de nuestra academia. Yo personalmente, que estoy vinculado hace once años a la Universidad de Puerto Rico, he sido testigo cuando un estudiante becado se me acerca indicándome que debido a un juego fuera- en mi caso de la Universidad de Puerto Rico en Cayey- no podrá asistir a mis cursos de las 7:30 a.m. porque había regresado a sus hogares a las 2:00 y 3:00 a.m. Sin embargo, he sido testigo del compromiso de estos estudiantes becados para con sus estudios haciendo un esfuerzo extraordinario para ponerse al día en sus clases cuando está representando a la Universidad en competencias deportivas o en actividades culturales que luego la Universidad se vanagloria de tener estudiantes talentosos en varias disciplinas.

Ahora es el momento de respaldar a estos estudiantes. La Junta le ha dado la espalda a estos estudiantes que han puesto en alto a la Universidad de Puerto Rico.

Ha llegado el tiempo que la Junta de Síndicos, todos sus miembros, en especial los del interés público, como su presidenta actúen en forma para lo que fueron designados, velen el interés público. Y el interés público no es otra cosa que el interés que tiene el pueblo en la educación de sus hijos. A estos, empezando por su presidenta, se les olvidó.

Esta controversia viene acompañado por un reclamo que se viene haciendo por años a la administración universitaria. Desde hace dos cuatrienios la Universidad viene arrastrando un déficit millonario. El mismo tiene su origen en malas decisiones tomadas en el pasado, por un lado, y por el otro, en una baja de los recaudos del Secretario de Hacienda que no llena las expectativas y se refleja en la fórmula del 9 por ciento que la Legislatura delegó al Secretario de Hacienda transferir a la Universidad. Pero sobretodo, la Universidad tiene un serio problema de gastos innecesarios y superfluos que afecta el funcionamiento de la Universidad y los servicios directos al estudiante. Los universitarios desean que la administración y la Junta de Síndicos abran los libros financieros de la Universidad. No importa desde hace cuánto tiempo, pero que los abran para que los universitarios, y por consiguiente, el Pueblo de Puerto Rico, pueda ver en qué se gasta el dinero del pueblo en la Universidad.

Estos dos reclamos son legítimos de la cual la Junta de Síndicos no se puede negar.

A este momento la huelga estudiantil ha llegado a un punto donde la Junta de Síndicos, por su intransigencia e insensibilidad, pone en peligro la seguridad personal de los estudiantes y la propiedad universitaria. Han llegado al extremo de utilizar dicha Junta elementos facistas, como echar a la Unidad de Operaciones Tácticas a los estudiantes y a sus padres.

De correr la sangre será responsabilidad exclusiva de la Junta de Síndicos y del Gobernador Luis Fortuño, quien hasta el momento ha mostrado su completa ineptitud en tratar de buscar una resolución efectiva a este conflicto y a los planteamientos de los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico.

Nuestra exhortación, es que la Junta de Síndicos, vuelvo y repito, especialmente los del interés público, defienda el derecho a la educación de la juventud puertorriqueña, y atiendan con seriedad los planteamientos de la comunidad universitaria y de los estudiantes, para el bien de nuestro primer centro docente. Defendamos a estos estudiantes. Mañana domingo, todos nos dirigimos a la Ave. Ponce de León, frente a los portones de la Universidad a reafirmar nuestro compromiso con los actuales y futuros estudiantes de nuestra Universidad. Formemos un escudo y hagamos frente a Figueroa Sancha, a Fortuño y a la Junta de Síndicos que representan el interés público para que atiendan los reclamos de los estudiantes.

¡Que vivan los Estudiantes!

Prof. Alexis O. Tirado Rivera

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