jueves, 16 de octubre de 2008

Ricardo E. Alegría: Cómo habré de votar el 4 de noviembre

Durante las últimas semanas, por la radio y la televisión, el país ha tenido la oportunidad de escuchar a distintas personas conocidas, expresar libremente, como habrán de votar en las próximas elecciones. Creo que es bueno para el país, que se conozca y se respete la opinión de personas, contrario a aquellas de líderes políticos, cuyas preferencias personales e ideológicas son bien conocidas. Esta situación, quizás ha hecho que compatriotas, viejos y jóvenes, que en diversas ocasiones me han acompañado en diferentes luchas por la defensa, conservación y fomento de nuestra cultura e identidad nacional, hayan insistido en que les deje saber como habré de votar el 4 de noviembre.

La pregunta me ha ofrecido la oportunidad de reunirme con viejas amigas y amigos, algunos que fueron mis estudiantes y son hoy maestros y maestras de escuelas, colegios y universidades. Otros y otras de diferentes ideologías políticas y creencias religiosas, sociales y económicas que me acompañaron en "La Nación en Marcha"; así como aquellos y aquellas que aparecen mencionadas, junto a mí, en la Carpeta Num. 27579 que me hizo la policía política entre los años 60-80. Otros que hacía años que no veía y que me han brindado la oportunidad de recordar viejos episodios de mi larga vida.

Ante múltiples requerimientos de todas y todos estos compatriotas, no puedo dejar de contestarles, con sinceridad, sus preguntas. Espero con ello no ofender a quienes tienen el derecho a tener otra opinión.

A estos compatriotas, amigas y amigos, les he expresado, que por haber vivido tantos años y haber participado en una forma u otra durante las elecciones a partir de 1936, cuando sólo tenía 15 años y mi padre era candidato a la Cámara de Representantes por el Distrito 1 de San Juan, no creo que con excepción de la elección de 1940, ninguna otra ha tenido tanta trascendencia en la historia política y cultural de Puerto Rico, como la que habrá de tener la del próximo 4 de noviembre.

Hoy, ante la situación política y cultural existente, no tengo en conciencia otra opción distinta a la que hubiera tomado en el 1940, si hubiera tenido derecho al voto. Ofreceré mi voto, como resistencia simbólica, a la única fuerza política que en estos momentos puede detener los intentos de destruir nuestra identidad nacional y cultural, y esa fuerza es el Partido Popular. Y aún con todas las reservas que pueda tener, reconozco que el mismo es un movimiento puertorriqueñista.

No puedo dejar de considerar que si las fuerzas anexionistas, por primera vez logran el poder absoluto en el país, pues controlarían los tres poderes; el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, ya que como lo han advertido habrán de nombrar tres jueces de su ideología al Tribunal Supremo, logrando así el dominio del poder judicial. Con esta fuerza además de contar con los otros dos poderes y las simpatías ideológicas de las agencias federales, el futuro de nuestra identidad nacional y cultural estaría amenazado. Esto significaría la negación y pérdida de todo por lo cual he luchado toda mi larga vida.

Aparte de esta situación el Partido Popular Democrático se ha comprometido públicamente a que si logra el poder político, entre otras medidas, aprobará inmediatamente:

1. Legislación para llamar a una Asamblea Constituyente donde los que apoyan la soberanía no territorial, puedan defenderla, al igual que los que defienden la Estadidad.

2. Legislar para hacer posible la unicameralidad, que ya fue aprobada por el país y que la actual Asamblea Legislativa, dominada por las fuerzas anexionistas se han negado a cumplir con el mandato democrático.

3. Legislar para sustituir al "legislador profesional" por el legislador ciudadano, como lo fueron en el pasado destacados puertorriqueños como: Ramos Antonini, Concepción de Gracia, Font Saldaña, Negrón López, García Méndez, Géigel Polanco, Leopoldo Figueroa, Marcos Ramírez, Aguedo Mojica y muchos otros distinguidos compatriotas que le sirvieron al país, incluyendo a mi padre José S. Alegría.

4. Legislar para abolir el nefasto IVU que originalmente se propuso con el propósito de equipararnos con los Estados y que a quienes más afectó es a la clase obrera.

5. Defender que la enseñanza en las escuelas públicas se lleve a cabo en nuestro vernáculo, el idioma español, sin que esto quiera decir que no se debe fortalecer la enseñanza del idioma inglés.

6. Combatir la adición a las drogas, considerando esta no como un crimen sino como una enfermedad.

Estoy consciente de que algunos compatriotas no estarán de acuerdo con mis opiniones. Respeto las opiniones que ya muchos han expresado e igualmente espero que también se respete la mía.

Los compatriotas y amigos que me han pedido les diga como habré de votar el 4 de noviembre lo habrán de hacer de acuerdo con sus consciencias. De todas maneras les agradezco que me hayan recordado y a la vez me hayan hecho recordar viejas luchas del pasado.

Ricardo E. Alegría

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